La agricultura y la ganadería han sido el sustento económico de muchas familias en el municipio de La Aldea, por no decir que de la gran mayoría. El tiempo pasa y la fotografía se transforma con él. Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Veterinario y hoy dedicamos estas líneas a estos profesionales
Hace treinta años, casi todos tenían en casa alguna cabra para beber su leche o hacer el queso. Y siempre estaba el veterinario del Ayuntamiento o de Sanidad para ayudar a superar algún contratiempo, en el mejor de los casos.
Hoy en día, el cuidado de los animales ha visto cómo se ha desarrollado de manera importante. Ese cuidado nos ha traído mayor salud para ellos y para los consumidores. Todo gracias a la llegada de nuevos profesionales que trabajan en nuestro municipio. Este es el caso de uno de ellos, Guillermo el veterinario. Logró su titulación hace dieciocho años en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y, desde entonces, ejerce su profesión con seriedad y trato exquisito con sus pacientes.
Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Veterinario y, por eso, dedicamos estas líneas a todos y cada uno de los profesionales que ejercen su pasión en el municipio de La Aldea.
La cabaña ganadera de explotación comercial ha mermado de manera considerable en La Aldea los últimos treinta años por múltiples motivos. Lo cierto es que los ganaderos y las empresas derivadas han desaparecido o viven en una situación complicada ya bien sea por el abandono de la juventud de esta profesión, la falta de apoyo institucional o las mismas enfermedades animales.
“Debemos recordar a Coaldea, una de las empresas punteras en tecnología y en la calidad de su producto, emblema de La Aldea y que no pudo soportar la presión de los mercados”
Para la pervivencia de la cultura ganadera, Guillermo Martín asegura que las ferias de ganado son un escaparate para demostrar a los vecinos “nuestra pasión y cuidado de los animales, además de mantener viva la tradición”. “Son pocas las familias en La Aldea que no tengan una mascota en su casa”.
Recuerda que la lejanía del pueblo ha sido, históricamente, una de las características que ha permitido mantener tradiciones como la de vivir de la ganadería familiar y tener en casa alguna mascota como perros, gatos o pájaros. Esta lejanía, muchas veces, nos aísla del resto de grancanarios porque es complicado y costoso participar en la Feria de Ganado durante las fiestas en honor a San Nicolás.
“Los ganaderos se levantan a las 4 de la mañana para preparar a los animales y mostrarlos en la feria”
Después de dieciocho años dedicados al frente de Garfield tienda de animales y Clínica Veterinaria Mora, “me he dado cuenta, con satisfacción, que cada día mejora la conciencia para el cuidado de los animales”. “Antes esperaban días para ver si su mascota se recuperaba antes de llevarlo al veterinario”. Es importante recordar que los animales necesitan una revisión al año para evitar males mayores. A veces, “cuando me traen sus mascotas ya es demasiado tarde y es doloroso para todos”. “Debemos estar atentos y saber que no son juguetes sino seres vivos que hay que cuidar. Por eso es recomendable realizar una revisión anual a partir de los siete años de vida”.
“Cada vez existe más cultura animalista que se preocupa por el bienestar de los animales”
Guillermo Martín destaca que los animales pequeños como sucede en el caso de los perros, cuanto más pequeñas son las razas, más probabilidad de tener mayor esperanza de vida que los perros de razas más grandes. “He tenido gatos de 26 años y perros de hasta 25 años que para estos animales es mucha edad”, señaló Martín.
A lo largo de estos años, el veterinario ha tenido oportunidad de vivir experiencias positivas y negativas. De las primeras, recuerda que “lo más doloroso es comunicar la enfermedad o fallecimiento de alguno de sus animales, sobretodo a la hora de tener que sacrificarlos”. Y lo que Guillermo Martín destaca como experiencias positivas es “poder acudir cada día a mi trabajo y cuidar de nuestros animales, estar con ellos”.
También la experiencia aporta miles de anécdotas. Guillermo Martín recuerda con una sonrisa aquel perro que cuando pasa cerca de la clínica comienza a temblar hasta que el dueño no le queda otra opción que cambiar de acera. “También recuerdo aquel perro que se quedó en la clínica para hacerle un corte de pelo y del miedo saltó, salió corriendo y no paró hasta llegar a la casa de sus dueños”. “Pero siempre me río mucho cuando le explico algo al dueño y el animal mantiene su mirada hacia mi explicación como si estuviera entendiendo lo que digo”.
“¿Y aquel gato que del salto se quedó aferrado a la pared creyendo que era Spiderman?”
«Desde luego tengo que hacer una mención a gente que trabaja conmigo y que realiza un trabajo muy especial y profesional como es el caso de Benazir, felicidades y gracias». Este año, la Asociación Veterinaria Mundial (WVA, por sus siglas en inglés) ha adoptado el lema ‘Vacunación para prevenir y proteger’. Recuerda que la vacunación de los animales de compañía protege la salud de los animales y de las personas con las que conviven.