Matías Ojeda pregona el orgullo y pasión por su pueblo

Pregón Matías Ojeda

Juan Matías Ojeda Montesdeoca, pregonero de las Fiestas Patronales en honor a San Nicolás de Tolentino de La Aldea 2017, ha expresado esta noche, ante el pórtico de la iglesia y el numeroso público que abarrotó el acto, el orgullo y pasión que siente por su pueblo. Uno compuesto por personas que convierten a este municipio en un lugar diferente, porque “son las personas, son los seres humanos los que convierten las cosas y los lugares en algo especial”.

El laureado deportista aldeano (1972) está casado y es padre de dos hijos. Matías Ojeda es conocido a nivel internacional, nacional y regional por su trayectoria en el Atletismo. De su dilatada y exitosa carrera deportiva destaca el subcampeonato de Europa individual logrado este año en Francia, el Campeonato de Europa en Cross por Equipos de 2016 y el quinto puesto a nivel mundial alcanzado en 2013. Su labor profesional está centrada en el ámbito militar, Suboficial del Ejército del Aire, sargento primero, técnico en mantenimiento de Aeronaves.

El alcalde, Tomás Pérez, al término de su intervención le hizo entrega de la insignia de Oro y Brillantes del municipio, lo felicitó por su intervención “porque cuando las cosas se hacen desde el corazón, no pueden sino salir bien”. Asimismo destacó que “este año celebraremos nuestra Fiesta con una realidad significativa: la culminación de la carretera de La Aldea a El Risco”. Se mostró convencido de que “en los próximos meses se llevarán a cabo los trámites necesarios para permitir el comienzo de las obras” y animó al municipio “a disfrutar de la sana diversión”, durante los próximos días, “respetando nuestras tradiciones y costumbres”.

Orgullo aldeano

Juan Matías señaló en su pregón que aunque vive fuera del municipio, “nunca puedo dejar de venir”. Contó durante su pregón que cada vez que “me preguntan: ¿Tú de dónde eres?”, responde “de La Aldea”. Esta es una respuesta “de orgullo, de pertenencia a unas raíces, es como una evangelización, de dar a conocer nuestro pueblo”, señaló. Y se volvió a preguntar “pero ¿qué tiene La Aldea de especial para ti?, ¿por qué es diferente a otros sitios? Ya lo he dicho antes: Por su gente, aquí tengo mis raíces, mi familia y mis amigos “de siempre”.

Comenzó reconociendo que “hacer un pregón en tu pueblo, supone una gran responsabilidad y un gran honor. Desde luego nunca tendré mejor escenario para darle las gracias a todo mi pueblo”. Tuvo palabras de agradecimiento para sus vecinos, amigos, autoridades y su familia.

Agradeció de manera especial a los mayores “que cada día nos dicen con su ejemplo, que todos sumamos, que todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad, cada uno en su parcela, que cada gesto cuenta, para hacer de La Aldea un pueblo del que seguir sintiéndonos cada vez más orgullosos, por muchas generaciones”.

Emplazó a los más jóvenes a ser líderes del presente y futuro del municipio, “el futuro es de ustedes, tienen que tirar del carro de nuestro pueblo, y son principalmente los jóvenes aldeanos los que han de lograr que este pueblo sea mejor día tras día, año tras año; de ustedes depende que no caigamos en el olvido, en sus manos está que nuestro pueblo no muera. Pero para eso deben amar nuestro pueblo, deben quererlo, y deben pelear duro con él, por él y también para él… trabajando la tierra, construyendo casas, emprendiendo negocios, creando riqueza…”.

En su intervención no olvidó las excepcionales características y condiciones naturales, paisajísticas e históricas que atesora el municipio y que tan bien él conoce.

Y finalizó animando a todos a disfrutar de las Fiestas: “a que comamos, bebamos, cantemos, bailemos y, sobre todo, disfrutemos todo lo que podamos… las fiestas deben ser alegría, son diversión, y así debemos vivirlas todos. Que olvidemos la crisis, borremos de nuestra mente el paro y los recortes, dejemos de lado hipotecas, primas de riesgo, hagamos un kit-kat en la lucha por nuestra carretera, al menos durante los próximos 9 días. Que convivamos todos, paisanos de este pueblo, en paz y alegría… olvidémonos de rencillas, disputas y diferencias. Nuestras fiestas no entienden de partidismo, no distinguen entre derechas e izquierdas… para la fiesta no hay buenos ni malos, no hay ricos ni pobres… Confraternicemos unos con otros como hijos todos de La Aldea que somos. Acojamos con cariño a los visitantes, consigamos que se sientan parte de este pueblo, unos más entre nosotros, y que cuando cada uno de ellos vuelva a su lugar de origen pueda decir: ¡gran pueblo y mejor gente!”.

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