En La Aldea hay muchos vecinos que decidieron tomar el camino del cuidado de la salud. En el Día Internacional de la Enfermería celebrado esta semana, 12 de mayo, desde La Aldea Hoy nos gustaría que conocieran a una de ellas, se llama Cira Jiménez Delgado
La enfermería es una de esas profesiones que destacan por la dedicación y servicio hacia los pacientes, una de esas en las que debe ser la vocación la que guíe a sus protagonistas, como le ocurre a nuestra protagonista.
Ella es de Barranco Santo, sus padres son Maruca y Cristóbal y es la más pequeña de cuatro hermanos: Apolo, Juan Cristóbal y Sandra. Ese camino, del que hablamos, comenzó para ella marcado por el esfuerzo para lograr su sueño, porque al ser complicado acceder a los estudios universitarios, decidió dar el salto a Enfermería desde la Formación Profesional, como técnica superior en Dietética y Nutrición, una vez que superó el bachillerato y el COU y estudios de auxiliar de enfermería.
Desde el año 2001, instante en el que logró obtener la graduación en Enfermería, ha recorrido los principales centros sanitarios de la capital grancanaria como el Hospital Materno Infantil y el Hospital Insular. Ha estado en paritorios, cirugía pediátrica, quirófanos, traumatología, etc. Desde el año pasado, 2015, ha obtenido la especialización en Pediatría.
En la actualidad, hay muchos aldeanos que ejercen la profesión, más de una quincena de ellos son enfermeras o enfermeros y también podemos encontrarnos algunos jóvenes inmersos en estos estudios.
“Es una profesión muy bonita y muy vocacional, no te puedes permitir el lujo de no empatizar con los pacientes porque ellos están hospitalizados por necesidad y no por gusto”
En medio de estos tiempos de cambios y de inestabilidad laboral, reconoce que hace unos años, la profesión tenía una salida laboral casi inmediata, “ahora mismo es más complicado, pero con perseverancia y paciencia se llega a todos lados”.
“El paciente y los familiares agradecen mucho más un trato amable que otra cosa”
La enfermería también tiene momentos muy duros, Cira y todos los trabajadores lo saben. “Sobre todo, cuando compartes el desarrollo de una enfermedad y sabes que el final no es bueno. Me he llevado el dolor y la impotencia muchísimas veces a casa”.
Pero, también hay momentos bonitos. Recuerda entre sonrisas cuando tocó el turno de ver nacer a sus sobrinas, “que las quiero muchísimo». Y cómo olvidar a su hijo «postizo» -sonrió- Óscar, del que cuidaba en casa desde pequeño.
Cira Jiménez compartió su ilusión de futuro que podría verse cumplido en poco tiempo. Siempre ha querido compartir su experiencia en lugares más alejados de su tierra, e incluso de su país. Le gustaría ir a territorios en los que pudiera aportar su energía y conocimientos.
“Mi proyecto de futuro es participar en alguna actividad de voluntariado internacional como, por ejemplo, en Camerún o en algún país de latinoamérica”
Nuestra enfermera quiso dedicar este día a todos aquellos compañeros que dedican su tiempo en esta profesión y, sobretodo, a los aldeanos y aldeanas que comparten vocación. Destaca que es importante saber que es una profesión sacrificada en la que no existen puentes, festivos, fines de año…
“Todos hemos pasado una nochebuena rodeados de compañeros y pacientes en alguna planta hospitalaria, los pacientes no pueden elegir y nosotros también compartimos esos momentos con ellos. Somos una pequeña gran familia que compartimos emociones, estrés y anécdotas”.
Hablando de anécdotas, aún recuerda con un poco de timidez, aquel primer día de trabajo en paritorios, estrenando su título. “Fue el día que más mujeres parieron en el Materno ese año, o al menos así me pareció a mí”. Aquella anécdota la cuenta cada vez que hay unas chuletas y un refresco por medio.
Aquella en la que un hombre entraba y salía del paritorio con el móvil en la mano contando cómo era el recién nacido y Cira le felicitó diciéndole qué contento estaba el abuelo y le respondió que no era su abuelo sino el padre. “En estas cosas soy un poco despistada y metepatas –sonrió-, pero menos mal que sólo en esto”.
“Mi futuro pasa por seguir en contacto directo con el paciente, no quiero un despacho, es parte de mi genética y me encanta”